¿Por qué es tan importante la calidad de lo que respiramos? En general respiramos un promedio de 15 kg de aire al día, lo equivalente a unos 14.000 litros diarios. Según un estudio de Harvard, un pequeño aumento (10 mg/m3) en la cantidad de contaminantes atmosféricos como PM10 o PM2.5 reduce la esperanza de vida de una persona entre 8 y 12 meses. Y según datos de la OMS, 6,7 millones de muertes prematuras son atribuidas cada año a la contaminación del aire.
¿Dónde poner la mirada? Son muchos los factores que inciden en la calidad del aire. La actividad industrial es una de las principales responsables, directa e indirectamente, considerando que el desarrollo siempre viene acompañado de un crecimiento en la población, en los requerimientos de transporte y en las actividades comerciales y sociales que generan desequilibrios y afecciones ecológicas, daños a la salud pública y cada vez más calentamiento global.
Si necesitas cumplir con regulaciones ambientales, minimizar las emisiones de contaminantes y liderar una industria cada vez más preocupada por la sostenibilidad, en este artículo te explicamos cómo puedes mejorar la calidad del aire en tu industria.
¿Qué es la calidad del aire en la industria y cómo se mide? Métodos y herramientas
Comencemos por el principio, la calidad del aire se calcula midiendo la cantidad de sustancias contaminantes en el aire que inciden en la salud, los ecosistemas y los materiales. Se mide a través de estaciones de control y sistemas de vigilancia con sensores capaces de detectar contaminantes específicos; usando distintos tipos de tecnología para medir cada tipo de contaminante, como láseres, celdas electroquímicas, fotones ionizados, etc., o también se pueden utilizar métodos indirectos como imágenes satelitales para medir la energía reflejada y emitida por nuestro planeta.
Dentro de los equipos de medición más importantes están las estaciones fijas de monitoreo, las cuales recogen diversos parámetros atmosféricos junto con una muestra del aire. Utilizando métodos estandarizados se determina la concentración de contaminantes presentes por m3 de aire, corregido de acuerdo a la humedad, presión y temperatura, entregando una lectura comparable y utilizable estadísticamente.
Gracias a este tipo de tecnología ha sido posible establecer un índice de calidad del aire (AQI) y brindar información en tiempo real sobre el nivel de contaminación del aire, sus efectos en la salud y las recomendaciones sanitarias pertinentes. Como veremos más adelante y con más detalle, el primer paso para mejorar la calidad del aire y controlar emisiones industriales en cualquier industria es entender muy bien cómo se mide y qué contaminantes se deben incluir exactamente en la medición.
¿Cuáles son los contaminantes que más impactan en la calidad del aire?
Antes de pasar al paso a paso y a las distintas medidas para disminuir el impacto de la industria en la contaminación del aire, refresquemos la memoria. Cuando hablamos de emisiones industriales, hablamos de gases y partículas liberadas a la atmósfera debido a las actividades de fabricación y procesamiento en múltiples sectores industriales. A continuación, las principales emisiones industriales que impactan de manera significativa en la calidad del aire en Chile, Perú, Brasil y otros países de la región y el mundo.
* Dióxido de Carbono (CO2), gas de efecto invernadero emitido por la combustión de combustibles fósiles que puede afectar el suministro de oxígeno al cuerpo.
* Partículas en suspensión (PM1, PM2.5, PM10, TSP) que provienen de la combustión de fuentes fijas y móviles y que pueden causar problemas respiratorios y cardiovasculares.
* Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) emitidos por solventes, pinturas y procesos industriales que provocan diversos efectos sobre la salud.
* Mercurio (Hg), metal líquido y tóxico liberado por la quema de carbón y la producción de cloro que puede causar problemas neurológicos.
* Metano (CH4), gas emitido en la producción y transporte de carbón, petróleo y gas natural.
* Óxidos de Nitrógeno (NOx), gases que resultan de reacciones a altas temperaturas y que contribuyen al smog y los problemas respiratorios.
* Sulfuro de Hidrógeno (H2S), gas con olor a huevo podrido, liberado por procesos industriales.
* Dioxinas y Furanos, compuestos químicos altamente tóxicos y producidos en procesos de combustión que pueden causar cáncer.
* Plomo (Pb), metal pesado y tóxico que puede causar problemas neurológicos.
Múltiples industrias como la minería, refinería, petroquímica, siderurgia, manufactura, cemento, alimentos, biogás/biomasa, etc… emiten contaminantes como PM2.5, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles y, en algunos casos, dioxinas y furanos, metales pesados como plomo y mercurio, polvo de sílice, polvo de carbón y otros contaminantes atmosféricos peligrosos como el tolueno, el xileno, el formaldehído y el acetaldehído.
Estas emisiones no sólo aumentan el calentamiento global y la degradación de ecosistemas, también generan problemas respiratorios, enfermedades que pueden llegar a ser mortales y costos económicos de gran envergadura. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), los costos asociados a la contaminación industrial alcanzan en 2024 entre 293.000 y 468.000 millones de dólares. Por todo esto, es urgente encontrar soluciones para mitigar este impacto.
Las seis claves para mejorar la calidad del aire en la industria
La verdad por delante: un tratamiento eficiente de los contaminantes comienza, en primer lugar, con su minimización. Sin embargo, hay otras formas de compensar y mejorar el impacto de tus operaciones en el medioambiente. A continuación, vamos a hacer un desglose con las acciones y tácticas que consideramos esenciales para cuidar el aire y garantizar un aire limpio a tus colaboradores, a tu comunidad, al país y a las generaciones futuras.
1.- Identificar y evaluar las fuentes de emisión
Algo habíamos adelantado, lo primero es identificar las fuentes de emisión de contaminantes atmosféricos y tener un inventario de emisiones que contemple también las emisiones fugitivas o fuera de ruta. El objetivo es poder evaluar cuánto contribuyen a la contaminación y poder diseñar medidas de fiscalización, regulación y optimización. De este modo, se podría captar el polvo contaminante y los humos en la fuente, por ejemplo, para evitar que se propaguen más.
2.- Conocer las regulaciones ambientales respectivas
Existen normativas y protocolos que nos ayudan a limitar y reducir las emisiones nocivas como el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París.
En Latinoamérica también ha habido legislaciones en esta materia y es importante tenerlas en el mapa.
En el caso de Chile, hace 30 años el ministerio de Minería oficializó un primer reglamento para establecimientos mineros emisores de dióxido de azufre (SO2), material particulado (MP) y arsénico. A partir de la Ley 19.300 (1994) “Sobre bases generales del medio ambiente”, se comenzó a construir un marco normativo en la materia considerando principalmente normas de emisiones, normas de calidad y planes de descontaminación. Fue así como se publicaron tres normas relevantes para establecer límites a las industrias en relación a las emisiones atmosféricas contaminantes:
* El Decreto Supremo N° 13 (2011) establece una norma de emisión para centrales termoeléctricas y regula las descargas al aire de cuatro contaminantes atmosféricos emitidos típicamente por procesos de combustión: material particulado (MP), óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2) y mercurio (Hg).
* El Decreto Supremo N° 28 (2013) establece una norma de emisión para fundiciones de cobre y fuentes emisoras de arsénico, limitando las descargas al aire de material particulado (MP), dióxido de azufre (SO2), arsénico (As) y mercurio (Hg) desde estos procesos.
* El Decreto Supremo N° 29 (2013) establece una norma de emisión para “las instalaciones de incineración o coincineración que correspondan a hornos rotatorios de cal o a instalaciones forestales y para las instalaciones de co procesamiento que correspondan a hornos de cemento, que utilicen combustibles distintos a los tradicionales”.
Asimismo, se puede considerar el Decreto Supremo 594 que estipula las condiciones ambientales y sanitarias que deben cumplir los lugares de trabajo.
Además, en 2022 fue publicada en el Diario Oficial la Ley Marco de Cambio Climático para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Se consagró la creación de una Estrategia Climática de Largo Plazo, de conformidad con lo establecido en el Acuerdo de París. También se empezaron a generar reportes de acción nacional y otras evaluaciones, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de las emisiones a más tardar en 2050. Y en 2023 se aprobó la nueva norma primaria de calidad del aire para arsénico que establece una concentración máxima anual.
En el caso de Perú, hace varios años que se legisla en torno a esta problemática y se cuenta con Estándares de Calidad Ambiental (ECA) para Aire, un documento de gestión de la calidad del aire con valores máximos permisibles de concentración de contaminantes. El monitoreo de la calidad del aire y la evaluación de los resultados en el ámbito nacional de Perú es una actividad de carácter permanente, responsabilidad del Ministerio de Salud a través de la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA) y de las instituciones públicas y privadas designadas por la normativa.
3.- Crear una cultura empresarial con foco en la sostenibilidad industrial
Una cultura organizacional sostenible plantea una búsqueda constante y común de prácticas sustentables para responder de forma proactiva a las normas y sistemas de control, para que las operaciones generen cada vez menos emisiones y para lograr un triple impacto que beneficie a los colaboradores, a las comunidades y a los clientes o stakeholders. Si los distintos equipos de trabajo comprenden el proceso, se capacitan de forma continua y colaboran entre sí… esa sinergia te ayudará a tener una mejor operación y un mejor ambiente, en armonía con el medioambiente.
4.- Medir y monitorear los indicadores de forma continua
Si se conocen y aplican correctamente los métodos de monitoreo de emisiones atmosféricas, un plan de vigilancia ambiental con una frecuencia periódica te permitirá saber cuántos contaminantes emites y corroborar si estás contribuyendo o no con el cuidado del aire. En Southblu te ayudamos a monitorear más de 30 parámetros ambientales con tecnología avanzada e informes detallados para que tengas datos de calidad y tomes decisiones de calidad.
5.- Hacer uso de tecnologías que limpien el aire
Para mejorar la IAQ en las instalaciones industriales es importante implementar soluciones tecnológicas ampliamente probadas como sistemas de supresión y humectación que se hacen cargo del contaminante actuando directamente sobre el material que lo genera, equipos de colección y filtración que separan al contaminante del aire, sistemas de contención y disminución de erosión por viento, equipos para fase gaseosa, filtros de membranas, etcétera.
6.- Llevar a cabo acciones complementarias que reduzcan las emisiones de forma indirecta
Existen otras alternativas para cuidar el aire de forma indirecta como el uso de transporte colectivo y/o eléctrico, así como de maquinaria más eficiente, el uso y la reutilización de materiales más sostenibles, el uso eficiente de la energía y de las auditorías energéticas, el uso responsable del agua, la disminución de la obsolescencia industrial, la comunicación proactiva y permanente con las autoridades y comunidades en torno a estos desafíos comunes.
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